Eso dice el refrán y espero que os valga también a vosotros.
¡¡Muy buenos días!!
¡¡Ey!! No estaréis pensando que nos levantamos ahora ¿verdad? Porque estos días, hasta nos toca madrugar un poquito más para prepararnos las mochilas del día. Y es que, llevamos un ajetreo que ¡madre mía! No me extraña que se nos empiezen a caer a todos los pantalones (veréis qué bronca me echa mi madre cuando me vea).
A lo que vamos, que estaréis impacientes. Seguimos de cobertura fatal. Colgar fotos nos cuesta mucho tiempo y más paciencia. Paciencia tenemos pero el tiempo, el tiempo aquí corre que vuela y lo importante es lo importante, así que ha tocado sacrificar este diario que tantas personas anhelan. Disculpadnos una vez más. No os quepa duda que hacemos lo que podemos.
Ayer lunes comenzamos la recta final del campa. Los medianos estuvieron en las cuevas del Pirscarciano (¡¡una maravilla de la naturaleza que ha superado con creces las cuevas anteriores visitadas por Venture!!). Hasta dos horas y media estuvieron recorriendo, unas veces a pie otras rectando, túneles y pasadizos, contemplando bellas formaciones de estalagmitas, estalactitas, columnas, aprendiendo de la vida de los murciélagos o disfrutando simplemente del silencio más absoluto en la oscuridad muy cerca del centro de la tierra.
Tuvieron también la oportunidad de realizar un rápel volado de 25 metros (¡¡casi nada!!) en las proximidades de la cueva. Y superaron todos la prueba. Incluso decían que descolgarse por una cuerda desde esa altura era de las cosas más emocionantes que habían hecho. Como sigamos así, estos chicos nos van a poner muy difícil superarnos año tras año.
Los mayores se fueron hasta la localidad de San Pelayo, a 12 kilómetros del campamento, a realizar prácticas de pupilaje a caballo y además realizaron al ascensión al pico Zalama. Lástima que estuviera nublado en la cima porque si no podrían haber alcanzado a divisar el mar Cantábrico. ¡¡Otra vez será!! Comimos paella rodedados de un paisaje auténtico Cántabro y nos sentó de maravilla. Era tanta la paz y la belleza que nos rodeaba que fue imposible no relajarse y alguno aprovechó para la primera siestecita del campamento. ¡¡Y cómo les sentó de bien!! Luego por la noche todos querían cachondeo.
¿Y nuestros pequeños? Ellos se quedaron de dueños del campamento. Y nos lo cuidaron estupendamente. Les vi a ratos pero siempre en movimiento y hasta tuve la suerte de compartir con ellos una momento único. Salireron a recorrer el río que merodea las lindes del campamento. Fuero cauce arriba y consiguieron hacer un buen trecho pisando únicamente por piedras. Alcanzamos unas pozas de agua cristalina y allí nos bañamos. ¡¡Y fabricaron sus propias redes y pescamos!! Son únicos. ¡Qué os voy a decir!
Después el reto era descencer el cauce solo por el agua o pisando piedras mojadas. Hubo momentos muy divertidos. ¡Con buceo incluido! Llegamos al punto de inicio y allí baño de barro. Héctor preparó un taller improvisado para moler trozos de arcilla. Nos repartimos la masa por todo el cuerpo tan bien que, si no hubiera sido por los bañadores, casi hubiéramos pasado desapercibidos mimetizados con el entorno. Se nos quedó el cuerpo suave como la seda.
Nos juntamos todos los grupos en la cena. Nos felicitamos con unos cuantos aplausos por el día realizado y cada grupo a su actividad nocturna.
Os contaré que se extendieron algo más de las 00:00 horas. Parece ser que los mensajes en el "buzón del amor" son cada vez más numerosos ¡y más emocionantes! Y que las reflexiones que se hacen en las "Asambleas" resultan muy intensas e interesantes. Se nos ponen los pelos de punta con lo que escriben o dicen estos chicos para sus compañeros o para sus monitores. ¡¡Y nos sentimos satisfechos!! Algo de culpa tendremos cuando vemos que se aprende a dar las gracias o decir lo siento sin necesidad de pedirlo o cuando la gente abre su corazoncito a los demás.
Las emociones nos hacen dormir a pierna suelta. Y nos levantamos rápido. Parece ser que estamos cogiendo ritmo. Hoy hemos llegado puntualísimos, después de todos los preparativos, a la salida del bus. A las 9:45 de la mañana se marchaban mayores y pequeños a disfrutar de la cueva y el rápel . Los medianos son hoy los dueños del campamento. Ya ha han hecho 40 mitutos de aeróbic y unos cuantos partidos de liga (hockey, voley al agua, parapeto,...). Comeremos y esperaremos al resto de grupos para la hora de la cena. Hoy toca velada conjunta. Y quizá les demos una sorpresa. ¿Queréis saberla? ¿Prometéis no decirles nada si hablais con ellos?
¡¡El jueves nos vamos a Laredo!! Y si además las negociaciones salen bien... ¡¡quizá podamos dar un paseito por la playa a caballo!! ¿Qué os parece? Se de alguien que seguro se está mordiendo las uñas: ¡Lola cómo te echamos de menos! Te mandamos un abrazo "de piña campamentil" y mucha fuerza para los primeros días de vuelta al trabajo.
Y a vostros, pediros una cosa: que os concentreis para que brille el sol como el día que vinisteis a visitarnos. Ahora mismo llueve fino pero intenso.
Os queremos.
